Sinceramente

Hoy recién me doy cuenta de que la semana pasada estaba un poco violenta. Es que mi vida tiene ese tipo de ciclos... Euforia, Yo lo puedo todo!!, Yo lo lograré todo!!, dudas, decepción, tristeza, bronca por no poder hacer, digerir y procesar todo, pensar para qué tanto stress si al final de cuentas así estoy bien y después felicidad y paz hasta que una nueva meta se vuelve a entrometer en mi cabeza y alcanzo sólo la parte que es alcanzable y me vuelvo a quedar con bronca por la otra parte que no logré alcanzar... pero bueno, supongo que algún día terminaré acostumbrándome a mi misma. Digo, si mis familiares, novio y amigos lo hicieron cómo no lo voy a hacer yo que soy la más comprometida conmigo, no?
El problema, en realidad, es cómo me tomo el trabajo, demasiado a pecho, pero no porque me guste trabajar, todo lo contrario, ojalá pudiera estar todo el día pelotudeando, no tener que cumplir un horario y por sobre todas las cosas que el dinero se genere espontáneamente en mi billetera... (soñar no cuesta nada)
Bueno, volviendo a lo del trabajo... la verdad es que en este momento no tengo ganas de hablar de él y de mis compañeros. A lo mejor es porque estoy en él y estoy escuchando las voces de todos, que la verdad es que son muy copados, pero con eso ya me basta... no quiero darle tanta trascendencia... escucharlos y al mismo tiempo hablar de ellos. No, por ahora sólo voy a hablar de mi...