Respiramos hondo y...
A menudo sucede que salgo de muy buen humor de mi casa, con la mente totalmente clara y digo para mi interior: "Hoy te vas a tomar todo con calma, porque la vida es así... sencilla! Disfrutá de la brisa que te está acariciando la cara en este momento… Mirá ese perrito! Qué lindo que es!! Qué linda que es la gente!! Uy! ya llegaste a la boca del subte!! Vamos!! Hoy será un gran día!!"
Pero al ir descendiendo por las escaleras la luz del sol deja de dar en mi rostro y pareciera que eso tiene una directa relación con el entumecimiento de mis músculos vitales y con el aumento acelerado de mis hormonas.
Luego de cinco minutos de espera en el andén ya comienzo a sentir los síntomas:
-“Mirá esa mujer!! Seguro que te va a cagar el lugar!! Y ese hombre? Te va a tirar el mal aliento en la cara…!! Ni hablar de la chica que tiene el pelo grasoso, hace cuánto que no se baña?...”
Llega el subte!! Hasta los pechos otra vez!!
Después de 20min de viaje a los codazos, sin oxigeno y sin saber si podré bajarme cuando llega a mi estación subo otra vez a la superficie!! Sí!! Después de haber superado esta prueba nada me detendrá!! Vamos!! A la oficina!! Qué puede desequilibrarte el día? Los jefes están de viaje!!
- Hola! Cómo estas?! Chuick!
- Hola! Todo bien?! Chuick!
- Hola, Qué tal? Chuck!
- Hola, Qué hacés? Ch!
La falsedad (o el entusiasmo?) va decreciendo hasta llegar a mi escritorio. Allí veo la pila de trabajo acumulado, descargo los mails, paso a la carpeta “para seguimiento” el 50% de ellos, borro los que son spam…
Desde lo lejos se escucha una voz que dice: - ¿Vieron el partido ayer?
Otra le contesta: - Sí! Pero la mitad porque después del entretiempo me quedé mirando Gran Hermano!! Saben quién salió?!
Respiro hondo!!!
Otra vez!!!
Ya son las seis de la tarde!!
Al fin me voy a mi casa!!!! Juro que mañana no hablo con nadie!!!
